Todo empezó cuando Hernán Cortes junto con los españoles llegaron a México, empezaron a tomar villas y ciudades para conquistarnos en 1521 con el fin de fundar la Nueva España, donde los mexicanos indígenas eran discriminados por sus orígenes o el color de piel, además fueron mandados al campo como trabajadores y esclavos. Así pasaron casi 300 años, hasta que en 1810, varios soldados liderados por un cura llamado Miguel Hidalgo se reunieron en Querétaro para planear como rebelarse contra el virreinato, sin embargo, fueron descubiertos, lo que hizo que todos tuvieran que actuar; por eso, Hidalgo llamó al pueblo a la iglesia la madrugada del 16 de septiembre y dio el “Grito de Dolores” para motivar a los mexicanos a comenzar la lucha por la independencia, junto a ellos estaban Ignacio Allende, Juan Aldama, José Maria Morelos y Pavón, entre otros.

La lucha continuó por 11 años más, personas como Manuel Mier y Terán, Francisco Xavier Mina y Vicente Guerrero se habían unido al ejército mexicano y fueron los líderes, pero se les unió alguien que sería clave para darle fin a la guerra, Agustín de Iturbide; él propuso el Plan de Iguala para así terminar la lucha; así el 27 de septiembre de 1821 ellos y el ejército entraron victoriosos a la Ciudad de México, declarándose la independencia del país. Esto trajo varios cambios positivos en el país, se liberaron a los indígenas esclavos y a partir de ahí todos disfrutaron de los mismos derechos sin importar el origen étnico o color de piel; además, formaron la primer constitución en 1824 que nos marcó como un país libre, independiente y soberano; este documento es la base de cómo es México hoy, ya que definió las fronteras y límites del territorio mexicano, la creación de cada estado, usar la democracia y la división de poderes en legislativo, ejecutivo y judicial.